Sin cuidado.

Y entenderé el desprecio como una declaración de intenciones, no quiero ofendidos si duelen las repercusiones. Que me gusta ser suicida de barcos piratas, pero no naufragios en los que el capitán ha abandonado el barco. Ni te recrimino ni te enjuicio, el tiempo pondrá recuerdos en los huecos que dejen tus trapos sucios. Y cuando busques el abrigo de mis brazos  y el frío de la indiferencia te arrope desde la lejanía de otras manos, ten presente que perdiste el mayor de los regalos:lo que sin ser pedido, ni elegido, se nos es dado sin cuidado.